viernes, diciembre 09, 2005

EL POETA POPONS Y LA DIALÉCTICA


EL POETA POPONS, HERMANO SEPARADO.
DECLARACIÓN DEL CLAUSTRO DE
LA UNIVERSIDAD DE TRAPISONDA


El poeta Popons, que anduvo en malas compañías y se volvió herramienta del tópico irracional, es hombre menudo, de aspecto enfermizo, de torpe mirada y bigote lacio. Sólo escribe bajo una higuera que tiene, de donde le viene estar en la higuera a menudo, actitud compatible con las enseñanzas que imparte esta Universidad. Lástima es que se trate de un poeta de subvención, cogido por la trica con manos políticas. Lástima es que se produzca en catalán, aunque admita hacerlo en español cuando quiere: hoy en día desarrollarse en catalán equivale, sin excepciones, a desarrollarse contra lo español, que no es postura razonable ni justificable por cuanto rompe la verdadera misión de un idioma.

Tal vez sin querer, pero probablemente queriendo, excita sentimientos inútiles y peligrosos, como cuando escribe, casi en grito “¡Raza de Eunucos! ¿Por qué no defendéis vuestra lengua?”. El Poeta Popons parece sostener que su lengua ha sido cortada y coartada y que cualquiera tiene la obligación inalienable de expresarse en la “lengua de la tierra”, con independencia de que las tierras no hablan y que la suya en particular no es Cataluña, aunque le paga. Junto a este concepto materialista del idioma, suele citar el tópico de Marx “que dijo cosas muy ciertas e importantes que no se entendieron bien y se aplicaron peor”. No se entendieron bien porque en los archivos de la Universidad de Trapisonda no hay documentado ni un ser vivo que haya leído el Capital sin resumir. O sea, como El Quijote.

Lo que sí está escrito con fuste; lo que sí capta la atención -y a veces la esclaviza- es “El manifiesto comunista”, verdadera llamada al alma que se niega en él. Lo escribió Engels solo (hombre rico y de poco repartir), pero hay una leyenda que dice que Marx intervino, pese a llevar algún tiempo discapacitado a causa de la muerte.

El Poeta Popons, más por miedo que por ignorancia, se refugia en la blanda comodidad del tópico, con lo que flaco favor hace a su causa, sea la que sea. Se mueve a gusto en esa repetida cantinela semi filantrópica que mezcla niños negros hambrientos, marxismo de corazón y catalanes a los que no dejan serlo, porque les llaman “catalanistas” de modo peyorativo.

En esa situación, un hombre que estudió en el seminario (advierte que no era para ser cura) y en Barcelona, nutrido con los tópicos al uso para poderse alimentar de los presupuestos de las autonomìas catalanistas, acaba siempre en lo repetido, que es cierto, y en su propia repetición, que es catecismo. Acorralado por la realidad objetiva, la niega y se descarga con el gastado sistema del “Más lo eres tú”. Justifica su militancia oculta, citando varias veces por página, con guasa y retintín, la nunca bien entendida “dialéctica de los puños y de las pistolas”, sin saber siquiera como empieza la frase ni cómo termina. U ocultándola al lector con malevolencia, omitiendo a la vez por qué y ante qué se dijo.

Los alumni de Trapisonda cantan en su glorioso Himno que no se someten a los reglamentos del pensamiento de cualquier época y, en el ejemplo notable del Poeta Popons (en el que subsisten algunas virtudes en tímido silencio) quiere restablecer alguna verdad escrita, documentada y torcida ahora con los alambres del silencio. Una demostración clara de la Historia Circular, en que las ideas acaban siendo lo contrario, como lo frase de “La Dialéctica”, que era una defensa de la paz y de la patria, y se ha convertido, por mor de la repetición falsificada, en una llamada al ataque a una sociedad pacífica.

Reunido el Claustro de la Universidad de Trapisonda, a convocatoria del Rector Magnífico, se encargó al Decano Emilio la búsqueda de una dcumentación breve y exacta para poner en manos de los alumnos y transmitir a quienes busquen la seriedad en cuanto se dice: “Los españoles tenemos derecho a recibir información veraz”.

Leída que fue la documentación, se aprobó por siete séptimos, según los estatutos su inclusión en la página de Actualidades. Se trata de un fragmento de D. Enrique de Aguinaga, catedrático emérito de la Complutense de Madrid e individuo de la Real Academia de Doctores. La verdad es una; los intereses, muchos.

Léase:

UN TAL JOSÉ ANTONIO


Enrique de Aguinaga
Catedrático emérito de la Universidad Complutense de Madrid; de la Real Academia de Doctores. Texto correspondiente a la conferencia pronunciada el 24 de noviembre de 2004 en el Casino de Madrid.


¿Se puede hablar de José Antonio?

... ... ...

Primera estación
EN LA QUE JOSÉ ANTONIO ES TABÚ

Mi experiencia es que no se puede hablar de José Antonio Primo de Rivera, al menos con conocimiento ecuánime. La ignorancia es tal que, frecuentemente, en libros actuales y solventes, en el índice onomástico, se le confunde con su padre, don Miguel.

José Antonio es hoy el gran desconocido, si no es tergiversado o agraviado porque, en el caso de que se le conceda existencia histórica, aparece como peligroso pistolero fascista, como golpista del franquismo o, en el mejor de los casos, como un tal José Antonio.

José Antonio es un tabú irracional, a izquierda y derecha.

Cristina López Schlichting, a quien, con ocasión del centenario, le propuse un sencillo recordatorio radiofónico, me escribe: habrá que esperar cincuenta años para que la gente deje de odiarse a causa de la republica y de la guerra civil […] José Antonio es victima de la utilización ideológica, primero, de Franco y, ahora, de los falsos demócratas
.
Ante mi insistencia, Cristina acabó explicándome que José Antonio es objeto de tal tabú que siendo como soy el blanco más perseguido (como parte de COPE) no me atrevo a tratarlo.

¿A quién se censura de este modo implacable? ¿De quién se trata?

Se trata de un joven esclarecido y arrogante, universitario enamorado del Derecho, que se perfila como autentica gloria del Foro español, según la autoridad jurídica y adversaria de Bergamín (1927); que entra en política noblemente, en defensa de su padre (1931); que, en política, actúa plenamente, como titular de un partido, sólo año y medio (desde octubre de 1934, elegido Jefe de la Falange por tres años, hasta su encarcelamiento en marzo de 1936); que, a pesar de tal brevedad, ha originado más bibliografía que cualquiera de sus coetáneos ilustres y que muchos de ellos juntos; que ha dejado mil doscientas paginas de cristalino pensamiento y de nítida prosa, ahí presentes para su estudio; que ha movilizado a tres generaciones de idealistas; que arrostra el cautiverio y la muerte estoicamente, ejemplarmente, cristianamente; que para quienes le analizan y conocen honestamente adviene en arquetipo; que, en fin, hace exclamar al filosofo francés Gustave Thibon ¡Qué alma más limpia!

La censura es, ciertamente, implacable e irracional. He aquí unas muestras que he vivido:

En el Instituto de Estudios Políticos (1986), en un inquisitorial auto de fe, se destruye el depósito de la más admirable edición de sus Obras Completas (la edición de 1977).

En 1999, en la Universidad de Salamanca (en la Salamanca de Unamuno, que conversa con José Antonio y le califica de cerebro privilegiado, tal vez el más prometedor de la Europa contemporánea), se prohíbe y persigue un curso promovido por una asociación de estudiantes, que, previo pago, cubrió una matricula de cuatrocientos para asistir a las disertaciones sobre José Antonio, entre dos mundos. La evolución de un pensamiento.

Como catedrático emérito, diré, no sin rubor, que la conferencia que me prohibió el rector de la Universidad de Salamanca, profesor Berdugo, pude darla finalmente en la Universidad de Trieste, a requerimiento del profesor Spagnesi, director del Departamento de Ciencia Política. Me consta que la noticia se envió desde la delegación de la Agencia Efe en Roma; pero, vaya por Dios, no pudo entrar en los circuitos nacionales.

En 1997, con una audacia que todavía no me la acabo de creer, se presenta en el Ateneo de Madrid el libro Sobre José Antonio, siendo presidente del Ateneo, Paulino García Partida, de Izquierda Republicana. Fue un acto clamoroso, insólito y de puro estilo falangista. Los más viejos ateneístas no recordaban otra semejante ni el salón tan abarrotado. Al día siguiente, ni una palabra en Prensa, Radio o Televisión.

Durante cuatro años, sucesivamente, la Universidad Complutense, en sus oceánicos cursos de verano, ha negado un ciclo mínimo dedicado a José Antonio, desde un punto de vista académico, a cargo de catedráticos de la propia Universidad

Tras aquella nueva censura, por carta, ofrezco el curso al Rector de la Universidad Carlos III, Gregorio Pereces-Barba, que cortésmente me da la callada por respuesta.

El Servicio Filatélico, que la concede a Mortadelo y Filemon, deniega una emisión, solicitada en tiempo y forma, con motivo del centenario de José Antonio (2003), a semejanza de las emisiones de Indalecio Prieto, Victoria Kent o Pablo Iglesias.

Debidamente requerido, el Colegio de Abogados de Madrid, al que José Antonio perteneció (mi oficio de abogado, tan profundamente querido dice en su testamento), no accede al menor recordatorio.

La Real Academia de Doctores rechaza una petición académica para señalar el centenario con una conferencia sobre José Antonio a la vista del Derecho y la Universidad.

Con absoluto desconocimiento de su contenido, el Grupo Socialista del Ayuntamiento de Madrid, mediante un comunicado oficial, exige la prohibición de una conferencia titulada escuetamente José Antonio Primo de Rivera en el ciclo Madrileños del siglo XX organizado autónomamente por el Instituto de Estudios Madrileños en el Centro Mesonero Romanos.

Televisión Española retira de la programación el video del centenario de José Antonio (23 de abril de 2003) realizado con un aséptico guión de Adriano Gómez Molina. Se dice que los representantes socialistas, en el Consejo de RTVE interpelan al director general, que hasta la fecha no ha explicado aquella censura.
El miembro del Consejo de Administración de RTVE, Sacaluga, exige públicamente la prohibición de la sesión dedicada al centenario de José Antonio en el programa Negro sobre Blanco de Sánchez Drago. La sesión se emite, de madrugada; pero el programa de Sánchez Dragó acaba suprimido.

Raramente (en dos ocasiones, recurriendo personalmente a Jesús de Polanco), los periódicos publican mis cartas sobre José Antonio, que escribo sólo para el restablecimiento de verdades vulneradas.

En 1998, el Secretario General de la Delegación del Gobierno en Asturias, José María Pérez Rodríguez, del Partido Popular, es destituido fulminantemente por calificar a José Antonio, ante un reducido auditorio, como español admirable y ejemplar, injustamente olvidado

Después de haber permanecido cincuenta años, se retira vindicativamente de la galería del Ateneo de Madrid el retrato de José Antonio, siendo presidente Carlos París (2000).

Un renombrado catedrático de Historia retira su participación en un encuentro intelectual sobre José Antonio y se justifica literalmente, por escrito: Mi participación tendría consecuencias muy negativas para mí en lo profesional y en lo personal (2003)

Enrique Quesada solicita mi dirección para su tesis doctoral, Jose Antonio, la derecha y el fascismo; pero la malicia de la Facultad de Historia de la Universidad Complutense, Sección Moderna y Contemporánea, actúa de modo que el doctorando tiene que renunciar a su intento.

De modo torpe y solapado, en este mismo año, se retiran los monumentos a José Antonio, en Guadalajara y Tauste.

Y, ahora, a mi compadre Jaime Campmany le han querido quitar una calle por falangista o por joseantoniano, como también él prefería.

Llegados a este punto, permítanme ustedes un paréntesis para subrayar, como lo hace González Cuevas, en su libro El pensamiento político de la derecha española del siglo XX, tanto los fallos de comunicación de los joseantonianos como la actitud de la derecha avergonzada de su propia historia.

Considerar como afrentosa la condición de franquista o falangista, y considerarla así en un sistema democrático de libertad de expresión de todas las opiniones, es una irracionalidad pavorosa.

Primero, porque franquista y falangista son ya sustancias históricas como anarquista, comunista o socialista. No veo en ningún periódico de hoy a anarquistas, comunistas o socialistas que den una gota de su sangre por la implantación de un autentico anarquismo, un autentico comunismo o un autentico socialismo.

¡Todos estamos, tan ricamente, inmersos en la dogmática democracia capitalista!
Y, segundo, en cuanto que franquista y falangista hoy son actitudes de restitución de la verdad, tan sistemáticamente atropellada.

Por lo tanto, a estas alturas, si no fuera por el cainismo flotante, quien quiera se podría declarar franquista o falangista, como anarquista, comunista o socialista, con toda naturalidad y a mucha honra.

Y por supuesto, para las posibles irregularidades, ahí están la Constitución y el Código Penal. Y cierro paréntesis.

Todo lo anterior y más hace decir al historiador Luis Suárez: José Antonio es el gran ninguneado y hace falta valor cívico para citarle en público.

¿A qué este ensañamiento aniquilador? ¿Será mala conciencia? ¿Será odio a la excelencia? ¿Será rencor mostrenco? ¿Será simple ignorancia?

Segunda estación
EN LA QUE SE HABLA DE FASCISMO, FRANQUISMO Y VIOLENCIA

Les pido que me crean porque no tengo tiempo para desarrollar datos y argumentos, que ya he desarrollado en libro, y porque no tengo ningún interés en engañarles a ustedes ni en engañarme a mí mismo. Queden así tres apuntaciones someras sobre tres afrentas mostrencas: fascismo, franquismo y violencia.

José Antonio, que aparece en el periodo de entreguerras, entre las apelaciones universales del fascismo y del comunismo, tiene un primer deslumbramiento pero, en seguida, se niega a ser fascista. Las pruebas no dejan la menor duda. Hoy, sólo fanáticos o ignorantes invocan al fascismo. La gran patraña de la izquierda, la gran estafa que tan buen resultado dialéctico le ha dado, ya no se admite seriamente. Sólo zarrapastrosos políticos sacan al fascismo a pasear, cuando no tienen otro recurso. Lo ha dicho el inequívoco Payne (La Razón, enero, 2005).

Primo de Rivera no fue ni podía ser un fascista concluye el profesor universitario Sánchez Marín en su libro José Antonio Primo de Rivera. La teoría y la realidad (2004). Sánchez Marín que, por la censura invisible, ha tenido que editar digitalmente su libro en Montevideo, tiene cuarenta años y, por lo tanto, escribe contra corriente, sin nostalgia ni apasionamiento, por imperativo intelectual.

La complejidad política ha unido durante treinta y ocho años los retratos de José Antonio y Franco, como unidas están sus tumbas; pero, si no se puede decir que Franco fuese joseantoniano, menos aún cabe la ucronía de que José Antonio fuese franquista.

José Antonio no puede ser enjuiciado por lo que se hizo con su memoria después de su muerte reconoce Paul Preston. Con suficiente autoridad, se considera que en 1936 no sólo muere José Antonio, sino también su Falange y que el largo periodo posterior de impregnación falangista, con sus luces y sus sombras, con sus excelencias y miserias, con su enorme complejidad, no admite simplificaciones y debe ser estudiado en todas sus dimensiones.

Hablemos de violencia.

En la campaña electoral de 1933, cuando José Antonio aparece con la Falange, el socialista Indalecio Prieto clamaba: Si somos derrotados en las urnas, a vencer en las calles al grito de ¡Viva la revolución social! Para esa revolución, explica la socialista Margarita Nelken, nos harán falta llamas gigantescas que se verán desde cualquier punto del planeta y olas de sangre que teñirán de rojo los mares.

Días antes, el socialista Largo Caballero, presidente del PSOE, preconizador de la dictadura del proletariado, afirmaba, en la misma campaña: Estamos en plena guerra civil. Lo que pasa es que esta guerra no ha tomado aún los caracteres cruentos que, por fortuna o desgracia, tendrá inexorablemente que tomar. Tenemos que luchar como sea hasta que en las torres y los edificios oficiales ondee no una bandera tricolor de una republica burguesa, sino la bandera roja de la revolución socialista.

Para ello, según el Decálogo publicado en 1934, la única idea que hoy debe tener grabada el joven socialista en su cerebro es que el socialismo solamente puede imponerse por la violencia y que aquel compañero que propugne lo contrario, que tenga todavía sueños democráticos, no pasa de ser un traidor, consciente o inconscientemente .

En el otro extremo, en la misma campaña de 1933, el democristiano José Maria Gil Robles arenga a los suyos: Queremos una patria totalitaria. ¡Qué importa que nos cueste hasta derramar sangre! La democracia no es para nosotros un fin, sino un medio para ir a la conquista del Estado nuevo. Pocos meses antes, se había desatado la rebelión anarquista, reprimida brutalmente por el Gobierno republicano, en el pueblo gaditano de Casas Viejas.

En este contexto, José Antonio, ante las ofensas a la justicia y a la Patria, proclama la dialéctica de los puños y de las pistolas, en frase que es lo único que saben de José Antonio, y lo saben mal, sus detractores típicos.

El propio José Antonio corrige la frase y explica su dramática resistencia a los azuzamientos de la derecha y a las provocaciones de la izquierda, para responder a la violencia.

Hay datos abundantes para analizar esta profunda crisis de José Antonio, uno de los hombres más ponderados que han existido en la política española, según Juan Ignacio Luca de Tena, el alma más liberal, según Eugenio Montes, generosa cordialidad frente a los que no pensaban como él, según Gregorio Marañón; hijo de la luz, según Antonio Garrigues Walker; fiel a su compostura intelectual, hasta el último momento, según él mismo, que escribe: Sin la constante vigilancia del pensamiento, la acción es pura barbarie.

También hay datos para analizar la complejidad de la actitud de José Antonio ante el golpe militar de 1936 y su transformación en guerra civil, que hoy sigue siendo objeto de contradicción historiográfica.

Ahí están los doce mensajes sucesivos de José Antonio, que van desde las elecciones de febrero hasta las vísperas de su muerte. Hay que estudiarlos. Hay que estudiar, en la deriva de los acontecimientos, la que José Antonio considera única solución del conflicto ya estallado: la deposición de las hostilidades.

Hay que estudiar su ofrecimiento al Gobierno como mediador del posible pacto, así como su propuesta de un plan de pacificación y su proyecto de Gobierno Nacional en el que, bajo la presidencia de Martínez Barrio (de Unión Republicana), estarían Felipe Sánchez Román (del Partido Nacional Republicano), Melquíades Álvarez, que asesinarían en Madrid (del Partido Reformista), Miguel Maura (de Derecha Liberal Republicana), Manuel Portela (del Partido de Centro), Mariano Ruiz-Funes (de Izquierda Republicana), Juan Ventosa (de Lliga Catalana), Ortega y Gasset (de Agrupación al Servicio de la Republica), Indalecio Prieto (del Partido Socialista Obrero Español), Agustín Viñuales (independiente) y Gregorio Marañon (de Agrupación al Servicio de la Republica).

Lo infructuoso de la tentativa no afecta a su compostura, en la que permanece definitivamente.

Un adversario político muy notable, José Maria Gil Robles, declara en 1979: José Antonio nunca quiso una sublevación militar y, mucho menos, que se instalara una dictadura militar. De eso tengo noticias exactísimas. Quería un golpe falangista. Podía admitir como instrumento necesario la colaboración de militares, pero un golpe militar estructurado para dar lugar a una dictadura militar ¡jamás! Esto es segurísimo.

Dionisio Ridruejo, ya fuera de la Falange, asegura que para José Antonio la perspectiva de una guerra civil era un desastre, cualquiera que pudiera ser su resultado. Y el propio José Antonio, envuelto en su vorágine, opina que una guerra civil, además de una barbarie es una ordinariez, porque el pueblo que tiene que lanzarse a ella pone de manifiesto que ha malogrado una de las gracias más grandes recibidas del Todopoderoso por la Humanidad; la inteligencia y un lenguaje común para entenderse.

La guerra civil por antonomasia (1936-1939), también rebelión militar, alzamiento nacional, guerra facciosa, guerra de liberación, cruzada, guerra incivil, lucha antifascista, lucha anticomunista, guerra civil mundial, ensayo de la II Gran Guerra o última guerra romántica, no es algo súbito, inimaginable, sin antecedentes, mera ocurrencia malvada.

Ya en 1866, Fernando de Castro avisa a la Real Academia de la Historia que España verá ensangrentarse sus ciudades y sus campos en una guerra civil, religiosa... Ya en 1915 Luis Araquistain, proponía exteriorizar la guerra civil que palpita en las entrañas del pueblo español. Y está en la sublevación republicana de Jaca (1930), en el destierro de Alfonso XIII, para evitar la fraticida guerra Civil, y en la intentona del general Sanjurjo (1932).

Francisco Largo Caballero, en 1933, como ha quedado dicho, la proclama abiertamente con caracteres cruentos y, en 1934, la evita el Gobierno al sofocar el golpe de estado del PSOE. También para evitar la guerra civil, Alcalá-Zamora acepta, en 1936, su destitución como Presidente de la Republica, mientras que José Maria Gil Robles la considera absolutamente inevitable y Juan Ignacio Luca de Tena no sólo la considera inevitable, sino también trágicamente necesaria para salvar a nuestra Patria del caos .


PUBLÍQUESE SIN CARGO A LAS ARCAS DE NINGUNA ADMINISTRACIÓN.
CLAUSTRO DE LA UNIVERSIDAD VIRTUAL DE TRAPISONDA.
RESTABLÉZCASE LA HISTORIA.

miércoles, diciembre 07, 2005

DE LA PERCEPCIÓN CIRCULAR (Papeles de Trapisonda)

El mundo de Trapisonda sumido en un bloque de poliuretano, o sea, en la Realidad.

DE LA PERCEPCIÓN CIRCULAR.

(Nadie sospeche que en la Universidad de Trapisonda nos burlamos de la Metafísica. Sólo la tocamos con las manos desnudas, sin miedo a la infección.)

(Papeles de Trapisonda)

Todos lo habréis visto, es forzados alumnos en el tablón de anuncios de la Universidad de Trapisonda (http://robsy10.blogspot.com). Lo puse ahí para que los mejores sintieran el vahido de la nada ¿Eh? Nada menos que la Nada. Miles de años lleva el pensamiento negándola. Arcadio, el buen bedel de guardia en funciones de Voz del Pueblo, os pasará la copia:

DISCURSO POLÍTICO
En nuestro discurso político
cumplimos con lo que prometemos.
Sólo los imbéciles pueden creer que
No lucharemos contra la corrupción.
Porque si hay algo seguro para nosotros es que
La honestidad y la transparencia son fundamentales
Para alcanzar nuestros ideales.
Demostraremos que es una gran estupidez creer que
Las mafias seguirán formando parte del gobierno como en otros tiempos.
Aseguramos sin resquicio de duda que
La justicia social será el fin principal de nuestro mandato.
Pese a eso, todavía hay gente estúpida que piensa que
Se puede seguir gobernando con las artimañas de la vieja política.
Cuando asumamos el poder, haremos lo imposible por que
Se acaben las situaciones privilegiadas y el tráfico de influencias.
No permitiremos de ningún modo que
Nuestros niños mueran de hambre.
Cumpliremos nuestro propósito aunque
Los recursos económicos se hayan agotado.
Ejerceremos el poder hasta que
comprendan desde ahora que
Somos el PSOE con nuestra “nueva política”

-Esto es un juego de palabras, profe.

-Muchacho: en Trapisonda profesamos la doctrina de que las palabras no son un juego sino la única forma de ser hombres y conocer como hombres. Los juegos, para los nominalistas. Los actuales ni siquiera saben que lo son y acaban redactando para la radio y la televisión o siendo críticos y sociólogos.

-Concentraos en esas palabras normales, fáciles. Leedlas desde arriba y luego desde abajo. Dicen lugares comunes, como todo en estos tiempos descortezados: tratan de enseñarnos que los conceptos valen para cualquier cosa y cualquier uso. Pero ese texto dice algo más: afirman lo que niegan y niegan lo que afirman justo con las mismas palabras, sin sarcasmo ni ironía: textualmente. Presentan a la vez, sin variar ninguna palabra, el blanco y el negro; el sol y la luna. Unen los contrarios. Esa es su importancia: que quiebran la lógica.

-Un espíritu común se sonríe y celebra el sentido político de esta paradoja: el juego de palabras. Un espíritu en evolución se pregunta por el talento de quien lo escribió, pero, tras analizar, descubre que hay un método cómodo para hacer estas cosas. Un espíritu selecto, en cambio, siente el vahido de la nada. Bedel Florindo, atienda.

-Arcadio, señor.

-Eso le pasa por no llamarse Kevin o Juan. ¿Sabe algo de colores?

-Los veo todos los días, señor.

-Si une usted negro y blanco ¿qué sucede, Idilio?

-Sucede un color gris.

-¿Se puede obtener algo que sea, a la vez, negro y blanco completos?

-No me lo parece, señor.

-Y la gorra, ¿puede estar y no estar a la vez en su valiosa cabeza?

-Habría dificultades con el cuidadoso orden del Universo, señor. Todos sabemos que si A es A, A no es B, por así decir. Si mi gorra estuviera y no estuviera a la vez en la cabeza, yo sería y no sería también a la vez, lo que significa que tendría que ser dos y ninguno.

-¿Es complejo, verdad?

-Extremadamente, señor. Escapa al raciocinio.

-De ahí, el vahido. Nos asomamos al abismo de la Nada y, al tiempo, vemos la existencia de todo. Todo es nada, se dice el espíritu y vacila sobre sus pies. Desde los grandes griegos, aquellos tíos con túnicas y coronas de olivo, se había impuesto una lógica aplastante: No existe la Nada porque la Nada no es. ¿Quién ha visto o sentido de algún modo algo que no sea nada? ¿Y por qué?

-¿Porque carecemos del órgano al efecto, señor?

-No, Florencio. Para contemplar el ser disponemos del órgano espiritual llamado “nous”. El órgano está. Y es el que siente el vahido. Los viejos griegos, tan trapisondistas, percibieron de un modo u otro ese tirón del abismo y esa obstinación del espíritu humano de razonar y ordenar por contrarios: Si hay día, habrá noche. Si hay soso habrá salado. Si amargo, dulce. Si Esencia, Nada. Los más trapaceros entre ellos llegaron a la Idea de Apariencia. “Todo parece ser”. Digan “Vaya”. Quizá lo que vemos como apariencia es un paquete adornado que envuelve el ser. ¿Vemos realmente un río? Digan otra vez “vaya”. No: vemos un caudal de agua que se desliza entre unos márgenes. Le llamamos río, pero sus aguas siempre son distintas. El “Ser” del río es pasar o ser cauce fijo, lo que no incluiría el agua. Desde el momento en que Heráclito se puso a ello (puede que siguiendo a Anaximandro) y terminó diciendo que todo es cambio y que nada es, la razón humana se fracturó y se puso a dudar de la realidad. Aún hoy, como nunca, unos creen que todo cambia según su momento, que nada permanece sino en su momento, mientras los otros, que hay cosas que son permanentes e invariables. Los primeros son publicitarios y vendedores; los segundos, ingenieros y albañiles. Los que tratan de reunificar la razón, todo lo más coceden que vemos sombras chinescas que nos recuerdan los conceptos “ideales”, que son los verdaderos. Digan “uf”. Herminio, ¿cree posible que la Nada exista si no es nada?

-Lo veo dificultoso, señor. Si en un momento de perturbación dijéramos que la Nada existe, esa Nada sería Algo y, por lo tanto, dejaría de ser Nada, si puede expresarse así.

-Puede expresarse así y la cosa es incuestionable: sólo es lo que es: la apariencia es algo; el cambio, el fluir, el movimiento son algo, y algo que sucede siempre, luego son permanentes, Son. La Nada o no es o sería algo también y no Nada. Pero... Digan “pero...”. La Nada sí es algo. Digán “Nooo”, con tres oes. Es algo, muchachos: estamos hablando de ella, afirmando que no existe, es decir atribuyéndole una forma de ser: la no-existencia. No le den muchas vueltas porque sus circuitos pueden echar humo. Se lo traduzco fácilmente: La Nada existe como concepto. ¿Concluye usted algo, Arcadio?

-Concluyo, señor. Se puede dar nombre a lo que no es, como cuando en matemáticas usamos el concepto de infinito y, por supuesto, el de cero. El infinito también es contrario a la lógica y tan impensable como la nada. Pura convención. Simples apariencias y metáforas de lo indecible.

-Salvo que, si los conceptos sirven para decir o nombrar lo imposible, los conceptos nos engañan. Y si nos engañan, fiel Gumersindo, nuestra capacidad para explorar, conocer y ordenar el mundo resulta falsa: un beso de Judas. La cosa, cada cosa, es ella más su concepto. La cosa más su palabra. De otro modo: el lenguaje es una abstracción simbólica del ser y de sus formas, unidas a nuestra mecánica de pensar, que incluye la simbología del movimiento, lo que el Ser hace: la acción, que es el verbo; movimiento en el espacio-tiempo. Digan “Dios mío”. Ya vislumbran a lo que nos enfrentamos cuando leemos lo que un idiota (lo veo, no se agache) ha considerado un juego de palabras. Toda nuestra sabiduría parte de un postulado absoluto: que somos capaces de abstraer las cosas y convertirlas en expresiones simbólicas. Es el trabajo más complejo y difícil que realiza el ser humano. Abstraer y distinguir. Si en matemáticas X e Y fueran intercambiables, el discurrir matemático sería imposible. Si en el lenguaje simbólico que usamos ahora se puede decir, con los mismos conceptos, A y su contrario, ¿cómo es posible que nos entendamos? Dígame, Germinio.

-Eppur si muove, señor. O sea, pero nos entendemos.

-¿Está usted seguro? ¿Es posible que alguien entienda completamente lo que otro dice?

-Razonablemente seguro, señor.

-¿Y cómo está seguro si sabe que, con los mismos conceptos, podemos representar lo verdadero y lo falso?

-Quizá por la glándula pituitaria, señor; o sea, por la glándula Pineal. La que une el alma con el cuerpo y permite el sentido natural de distinguir el bien del mal, lo cierto de lo falso. Aún en un medio publicitario en exceso. Una glándula que produce neurotransmisores lógicos.

-¿Ni siquiera sospecha que el lenguaje tenga graves defectos de fabricación?

-Creo que sí lo sospecho, pero me aguanto, señor.

-Buf, con el lenguaje. Digan “Buf”. Ahora, descargados de emoción, consideren el diccionario.

-¿De cuántos tomos, profesor?

-Uno de la A a la Z, tan grande como se quieran imaginar. Con un millón de entradas, si fuera posible. En él estarían todos los conceptos que la humanidad ha abstraído. Todos los símbolos y patrones de cuanto se puede decir y transmitir. TODO. Ya hablaremos otro día de si puede o no existir un Todo y, en cualquier caso, percibirlo. Hay un mundo, o varios, que no se ven por diminutos. Lo muy grande, lo enorme, tampoco se ve porque no lo abarcan nuestros sentidos como un algo entero: demasiado amplio y demasiado cerca. Piensen que hasta los años cincuenta del Siglo XX nadie había visto el mundo entero y éramos parte de él. Hubo que retratarlo desde el espacio. Desde la distancia.

Lo meditaron un poco y no les cupo en la cabeza: creían como todos los modernos, que el hombre siempre supo cómo era el mundo y cómo sus colores brillando en lo negro de la noche que es el espacio. O vacío.

-Borren lo del Todo y vuelvan al asunto de los símbolos de lo real. ¿Qué dice nuestra teoría circular? Que cada idea se mueve hasta equivaler a su contraria. Por ejemplo, “cretino” quiso decir “cristiano” en un principio -lo que es bueno para el alma-, y ahora significa cretino tal cual, y, también una enfermedad por carencia de yodo que te convierte en borrico. ¿Notan ustedes vosotros que toda la sabiduría de nuestro mundo, acumulada en el diccionario, no tiene un sentido lógico ni cuenta nada leída de la A a la Z? Abran uno y lean seguidas las entradas. Con énfasis: “A aarónico aronita ab ¡aba!, Abab ababa ababan abarangay ababol”. ¿Han entendido algo? Sin embargo, es nuestro idioma, que leído en este orden pierde todo su sentido. La sabiduría de los diccionarios sólo es una definición de herramientas para mejor mover el pensamiento. Voces variables e invariables, pero el orden alfabético no les permite significar nada como conjunto. Saquen una conclusión. A ver, Remigio, Vox Populi: concluya un poco.

-Se me escapa el asunto, señor. Es elemental que un diccionario, en su conjunto, no sea un ensayo ni una narración ni nada. Sólo fragmentos que cada uno debe unir; vigas para la construcción de un edificio.

¿Y por qué, si contiene todos los materiales, todos los conceptos que se pueden usar no llega a ser un conjunto de teorías, quizá una sola y completa guía del Universo? Digan “Eso: ¿Por qué?” se lo digo yo porque se acerca el fin de la clase y estoy seguro de estar portándome como el que asó la manteca: Por el Orden. Eso estaba ya claro en el texto que nos daba el vahido de la nada: el orden de los conceptos hace la idea y la deshace. Para tener a la vez la cosa y la contraría, DEBÍAN cambiar el orden de la lectura. La verdad que digamos, el mundo que descubramos, será siempre un asunto del orden en que las cosas están. No como decía Hegel: la Realidad. No hay realidad sin orden. La REALIDAD de Hegel, niños y bedel, es un caos, es engorrosa, como si todas las palabras del diccionario se hubieran caído y hecho montón: cosas perdidas entre las cosas, verdades ocultas entre las verdades. La realidad humana es un orden del que, además, podemos afirmar que no coincide con el orden cósmico: Si ambos coincidieran entenderíamos fácilmente las leyes universales que se nos escapan. Tenemos una mente cautiva de las palabras: somos mentecaptos.

-Amén. -dijo el bedel Arcadio, dejando de contemplar el abismo de la nada.

-Para mañana -terminó el profesor- averiguaremos por qué nos vemos desde arriba al recordar y soñar, pero no vemos desde arriba los edicicios que aparecen en esas fantasías. Busquen explicaciones.
Por la transcripción, Arturo Robsy

domingo, diciembre 04, 2005

Y SERÁS DEL GREMIO (test introspectivo)

Tempus fugit, pero vuelve. Historia Circular de Trapisonda.

Y SERÁS DEl GREMIO.

Preguntas para la introspección secreta preparadas desde la Universidad de Trapisonda para abrir una segunda puerta al alma que usted usa hoy.

Preguntas de control para que el lector descubra si es compatible consigo mismo
Responda las preguntas tras reflexionar; recuerde que las respuestas sólo las conocerá usted. O sea, en la intimidad oscura de su víscera pensante.



-¿Crees más lo que te repiten que lo que te enseñan?

-¿Has descubierto más progreso que todos esos organismos antiguos que
pensaban, como fueron Platón o Descartes?

-¿Crees que el cáncer tiene que ver con las empresas de alimentación, aditivos y
envoltorios de plástico?

-¿Crees que Bush mata más y mejor que Sharón?

-¿Sabías que D. Carlos Marx tenía cuerpo?

-¿Crees que la mujer empieza en las tetas y, si eres mujer, que el hombre lo hace mucho más abajo?

-¿Te consideras más atractivo que Rajoy?

-¿Crees que un ayatola vale tanto o más que un Rodríguez Zapatero o un BBVA?

-¿Dudas que la Banca sea benéfica, justa y necesaria?

-¿Crees que vives para algo más que pagar impuestos y que te toquen las narices?

-En momentos de debilidad, ¿piensas que te pareces a los demás organismos, incluido el treponema y míster Darwin?

-¿Crees en los telediarios aunque no respeten tu inteligencia?

-Si todos somos iguales, ¿te parece natural que pensemos distinto o lo ves como insulto a tus ideas?

-¿Supones que el bienestar provoca nuevas enfermedades o que nuevas enfermedades provocan el bienestar, como la putificación o la impotencia?

-¿Crees que la virginidad provoca cáncer?

-¿Violar y acuchillar es de izquierdas o de derechas?

-¿Todos nos parecemos en la capacidad de matar o en la de estafar?

-¿Votas para que otros tengan un buen sueldo o para que te enchufen? Y, si no, ¿por qué votas?

-¿Tienes un interés particular que coincida con alguno de Zapatero o de Rajoy?

-¿Crees que el dinero es el motor del mundo, y nuestro rey el del Cambio?

-Elige palabra: Trueque, Cambio, Cambiazo, Comercio, Banco o Congreso.

-Ningún socialista decente sabe quién era Engels. ¿Lo sabes tú?

-¿Es mejor estar en blanco que estar negro?

-¿Qué mata más: el tabaco, la comida basura o la obesidad?

-¿El amor es un intercambio de fluidos o de información?

-Si votar costara diez euros (10 €), ¿ a quién votarías?

-Sabido que la izquierda es antisemita, ¿quién manda en el mundo: Israel o Nueva York?
-Si fueras inmortal, ¿votarías izquierda o derecha?

-¿Quienes crees que son hoy «los malos»: las Internacionales, las Multinacionales, los periódicos o los Bancos?

-¿Venimos del gorila, del chimpancé o del dólar?

-¿La política mejor es la que más te paga?

-¿De qué forma parte el trabajador? ¿Del Mercado de trabajo o de LOS Recursos humanos?

-¿Crees que todo euro que se queda uno sale del bolsillo de otros?

-Para ser libre qué necesitas más: ¿Dinero o Ideas?

-Elige qué crees que manda en el mundo: La Injusticia de los intereses, el Gran Capital, la Gran Fuerza, la Mentira Continua, una Sociedad Secreta o todo ello, porque es lo mismo.

-¿Se puede pensar «sé socialista y haz lo que quieras» Igual que dijo San Agustín "Ama y haz lo que quieras")?

-¿Hay verdad que resista una buena revolución?

-Todos pueden volverse socialistas: basta con creerse más listos e incomprendidos. S/N.

-Responde rápido: ¿los derechos se ejercen o se ejercitan, o ninguna de las dos cosas?

-¿Tenemos derecho a invadir planetas lejanos?

-Si fuéramos tan iguales como las Barbies entre sí o los Ken entre ellos, ¿nos venderían en estuches en lugar de al peso?